"Ser Médicos en el siglo XXI" es el título de la lección magistral que José María Eiros, vicepresidente de Asomega y catedrático de Microbiología, ha dirigido a los alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid que se acaban de graduar.
En su condición de padrino de esta promoción, Eiros ha instado a los nuevos médicos a sentirse "agradecidos por el don de la vida, por vuestros padres, abuelos, por vuestras familias, agradecidos a todas las personas que nos han facilitado desde Preescolar hasta hoy ser lo que somos", incluyendo, por supuesto, la facultad y "vuestros compañeros, con los que os van a unir lazos indelebles de por vida".
A continuación les ha explicado lo que significa el hecho de que, a partir de este momento "sois médicos", con los múltiples matices que presenta hoy esta afirmación. Ha recordado que del médico se espera conocimiento científico, calor humano y competencia técnica, pero para ello es preciso adquirir "cierta sensibilidad para tratar a cada persona con matices distintos".
Eiros considera que "escuchar es un arte, prestar atención, ser acogedoras y acogedores y resultar siempre alentadores es gran parte de nuestra carrera como médicos". Y para ello "es preciso esforzarse de modo singular y en un ámbito estrictamente personal". Con la vista puesta en una conclusión que resume todo lo anterior: "¡Sois médicos no para vosotros mismos… sino para los demás!".
Médicos del siglo XXI
Las circunstancias del entorno resultan, obviamente, determinantes en la manera en que se desplegará esa labor de los nuevos médicos. El padrino de la promoción 2016-22 ha hecho hincapié en el peso de los avances, la velocidad, lo biotecnológico, etc., que "exige esfuerzo, estudio, mantenerse actualizado". Pero ha alertado del riesgo que acompaña a la hiperconectividad y la rapidez descontroladas: la creciente deshumanización.
En este sentido ha recordado lo dicho por Alexandre Dianine-Havard respecto a que Occidente "vive buscando culpables, sospechando de casi todos. Bajo la apariencia de una falsa humildad individual (todos somos débiles) y de una humildad colectiva (todos somos demócratas, aceptamos lo que nos venga) se esconde la renuncia a luchar por mejorar". Consecuencia de ello es que Europa entera vive de espaldas a una guerra, "el mundo vive asombrado por la guerra de Ucrania".
"Vosotros no debéis ser insensibles a eso. Debéis tener la pasión descubierta de estar atentos a lo que ocurre en el mundo. Seremos médicos a todas horas y la sociedad que nos acoge y nos ha formado espera de nosotros que actuemos conforme a nuestra identidad", ha dicho a los recién graduados. De ahí, ha concluido, "que nuestra gestión personal pase por coordinar el conocimiento, la experiencia, pero sobre todo un marco de magnanimidad para servir a otros".
Médicos resolutivos, justos y dialogantes
Para terminar su lección, el vicepresidente de Asomega ha ofrecido a los nuevos médicos unos ingredientes básicos para un ejercicio íntegro y honesto de su actividad profesional. En primer lugar, ha apelado a su capacidad resolutiva: "Decidir es un acto de inteligencia informada". Hay que sopesar, concentrarse, dejar que las cosas hablen interiormente y después, "no esperar a que las decisiones se tomen solas" porque con que una solución sea buena es suficiente.
Pero hay más. Lo anterior, según Eiros, se complementa con tres atributos esenciales para el médico prudente:
- Ser justo y razonable.
- Tener corazón y ánimo.
- Dialogar: "La palabra es un gran instrumento y la escucha atenta, un auténtico tesoro para el médico. Las personas nos confían lo más preciado que es su salud, y ahí estaréis vosotros".
Por último, les ha pedido que actúen con vocación de servicio y les ha prevenido sobre el riesgo de que ante el desarrollo tecnológico —"que os hará súper especialistas"—, nunca renuncien a su esencia, "de este modo devolveréis a la sociedad lo mucho que se os ha dado".
"Sed valientes. Sed generosas y generosos", ha concluido.