Oír hablar a una persona optimista, vital y positiva por naturaleza como Felipe Couñago de incertidumbre, inquietud e intensa sensación de soledad sobrecoge. El responsable de Asomega Nova y jefe asociado del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid relata cómo desde que comenzó su periplo con la enfermedad ha tenido que enfrentarse a vivencias que cuesta asimilar por la rapidez con que se van sucediendo los acontecimientos y por lo insólito de la situación.
En una entrevista concedida al programa "La mañana con Eva" de Radio Voz, Couñago narra su experiencia como paciente de Covid-19, "título" que asumió oficialmente el 24 de agosto cuando su PCR fue positiva: "Todo iba bien y en siete días acabé ingresando con insuficiencia respiratoria, sin saber muy bien qué está pasando, todo sucede rápido y no tienes tiempo de asimilarlo este irte de tus familias y amigos", afirma.
Continúa el relato explicando que "te ingresan en una habitación donde estás totalmente aislado y ahí los primeros días lo que tienes es una total incertidumbre, de no saber lo que va a pasar, si vas a poder salir adelante o no y si acabarás ingresado en la UCI. Todos esos pensamientos los tienes, además, en soledad, en una habitación de hospital".
El día después
Afortunadamente a los quince días recibió el alta, pero la vuelta a casa no significó el retorno a la normalidad en el punto en el que la había dejado. Empezaba a manifestarse "el famoso Covid persistente, las secuelas que pueden quedar". En su caso, inicialmente sobre todo en forma de fatiga y, más sostenida en el tiempo, la dimensión neurológica: lagunas de memoria y problemas de concentración.
Pero como se dijo más arriba, si algo caracteriza a este inquieto radiooncólogo -es también coordinador del Grupo de Cáncer de Pulmón de la SEOR y editor asociado de la World Journal of Clinical Oncology- es su visión positiva de las cosas incluso cuando vienen mal dadas: "Esta semana he tenido la fortuna de reincorporarme al hospital, ayer vi mis primeros cuatro pacientes después de tres meses y probablemente el volver a ejercer la medicina y estar con mis compañeros y amigos probablemente ha sido de los momentos más felices de toda mi vida", afirma.
Apostilla que "en eso estoy ahora mismo, luchando por recuperar la que era mi vida". Y pide prudencia: "El virus no se ha acabado, puede provocar procesos muy severos en gente joven como yo. No debemos descuidarnos, hay que seguir en alerta".
Aunque dice sentirse muy afortunado porque no le ha faltado el apoyo y cariño de la gente que le rodea, reconoce que "esta enfermedad te conduce al miedo y a la soledad en los peores momentos. todo sucede de una forma muy rápida, no es sencillo". Concluye que "tenemos que solidarizarnos entre todos, a través de nuestros comportamientos ayudar a que haya cada vez menos infectados y menos muertes".
Escucha aquí la intervención completa de Felipe Couñago en Radio Voz.