César de la Fuente presenta un curriculum de vértigo y una sucesión de logros apabullante. Pero su mérito mayor no radica ni en lo académico ni en lo profesional sino en el hecho de combinar esa indiscutible excelencia con una sencillez que lo hace cercano y accesible. Así lo demuestra su presencia habitual en medios españoles, a los que atiende con facilidad, y sus respuestas directas y sinceras. Como cuando apela a la pasión del investigador, reclama apoyo decidido a la innovación o expresa su deseo de volver por fin este año a Galicia.
Estudió en el Instituto Eusebio da Guarda de A Coruña, su ciudad natal. Luego, en León, hizo Biotecnología, cruzó el charco para ampliar estudios en la University of British Columbia de Vancouver (Canadá) donde se doctoró y de ahí pasó al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Actualmente es profesor catedrático de Bioingeniería y Microbiología en la Universidad de Pensilvania donde, desde 2019, es investigador principal del laboratorio De la Fuente.
Esta semana ha vuelto a ser noticia al recibir el Premio Fundación Princesa Girona de Investigación Científica 2021. Pero a lo largo de su carrera ha recibido numerosos reconocimientos como el Langer Prize, el ACS Kavli Emerging Leader en química, el AIChE’s 35 Under 35 Award, el ACS Infectious Diseases Young Investigator Award, o el GEN Top 10 Under 40. Además, en 2019 fue reconocido por el MIT Technology Review como uno de los innovadores más importantes del mundo por “digitalizar la evolución para crear antibióticos mejores”.
De forma muy resumida, el campo de César de la Fuente es la informatización de sistemas biológicos para el desarrollo de tecnologías que resuelvan desafíos como la detección del coronavirus o la resistencia a antibióticos.
De forma resumida, ¿cómo ha sido su trayectoria hasta llegar a su actual laboratorio?
Formé parte de la primera promoción de Biotecnología de la Universidad de León. Después realicé mi doctorado en la University of British Columbia en Vancouver, Canadá. Tras este periodo, me reclutó el MIT, dónde estuve unos años antes de venir a la University of Pennsylvania (UPenn). En cada paso tuve la suerte de aprender diferentes disciplinas, desde la microbiología y la inmunología, a la biología sintética.
Para cualquier investigador en España suena casi "marciano" que tenga un laboratorio propio en la Universidad de Pensilvania. ¿Por qué parece tan difícil apoyar el talento aquí?
He tenido mucha suerte la verdad y me considero un privilegiado por ser profesor en una de las mejores universidades del mundo. No creo que sea difícil en sí apoyar el talento. Pero creo que hace falta hacer una inversión en ciencia de verdad y a largo plazo. Esto ayudará a retener y atraer al talento.
¿Qué tendría que aprender la universidad española, qué esquemas podrían ser reproducibles aquí de lo que está viviendo en EEUU?
Inversión y creer en la investigación y desarrollo. También será importante erradicar la endogamia para poder construir un ecosistema de innovación basado en la meritocracia. Cosas más tangibles incluirían proporcionar oficina de patentes en las universidades para poder proteger la propiedad intelectual de los descubrimientos que se hacen en la universidad española. Eso a la larga puede traer beneficios a nivel económico que ayuden a perpetuar un sistema de innovación.
¿Se ve volviendo a España algún día? ¿Y a Galicia?
Nunca se sabe. Ahora mismo estoy muy contento donde estoy. Tengo la suerte de trabajar con gente excepcional y eso no lo cambio por nada. Pero está claro que echo de menos España y Galicia.
¿Cuándo fue su última visita a Galicia? ¿Tiene planificado algún viaje para acá?
¡Hace demasiado tiempo ya! Tengo muchas ganas de regresar para poder ver a mi familia y amigos. Espero poder ir este año.
Ha habido muchas noticias sobre su test rápido para detectar la Covid-19. ¿Cuándo cree que estará disponible comercialmente, qué plazos barajan?
Estamos trabajando con la FDA y desarrollando nuevos prototipos. Esperemos que lo antes posible pero los plazos son muy difíciles de predecir ya que no dependemos solo de nosotros.
La extensión y facilidad de acceso a medios diagnósticos como este que proponen, ¿puede ser tan crucial en la lucha contra la pandemia como las propias vacunas?
Constituyen una herramienta más. Pero son fundamentales. Si hacemos testeo de alta frecuencia se pueden prevenir muchos brotes, hospitalizaciones y muertes. Creo que los test de diagnóstico serán fundamentales en un futuro para prevenir la propagación no solo de COVID-19, también del virus de la gripe, enfermedades de transmisión sexual, superbacterias, etc. Igual que hoy salimos de casa con un paraguas cuando la predicción del tiempo nos dice que va a llover, en un futuro emplearemos las herramientas que tenemos disponibles (mascarillas, tests, etc.) para prevenir la transmisión de las enfermedades infecciosas, particularmente en los períodos de pico de propagación.
Su especialización principal antes del coronavirus se centraba en la resistencia bacteriana a medicamentos. ¿Siguen en esa línea o la pandemia ha trastocado su planificación?
Seguimos trabajando para poder desarrollar computacionalmente nuevos antibióticos. Es un tema muy serio ya que la predicción actual es que, debido a esta pandemia silenciosa, van a morir 10 millones de personas al año en el 2050 si no desarrollamos nuevos antibióticos. Nos estamos acercando peligrosamente a una era post-antibiótica.
El citado test rápido para la Covid-19 ha sido muy mediático. ¿Tienen en previsión algún otro desarrollo que vaya a despertar tanto interés?
Estamos trabajando en varias tecnologías. Un test colorimétrico para detectar COVID-19 similar a un test de embarazo y antibióticos diseñados por ordenador, entre otras cosas.
Por último: un consejo clave de César de la Fuente para un futuro investigador.
Para mi es fundamental tener pasión por lo que se hace. Si encuentras tu pasión, no necesitarás trabajar un solo día en tu vida.