Para esta salmantina de nacimiento y formación, pero ourensana de adopción, asumir la presidencia del Colegio de Médicos de Ourense es un reto y una carga añadida de trabajo que asume con el convencimiento de que las cosas se pueden cambiar a mejor. Para empezar, acepta su papel como primera mujer que preside un colegio de médicos en Galicia desde el convencimiento de que “ya tocaba” y de que las mujeres aportan, sin duda, puntos de vista diferentes e imprescindibles.
En esta conversación Pilar Garzón nos habla sobre el papel de los colegios de médicos, sobre la situación de una sanidad “que afronta una enfermedad crónica grave” y sobre las condiciones laborales de unos profesionales sanitarios que reclaman un trato mejor. Además, tras 18 años de vida en Ourense, a donde vino a hacer la residencia de Medicina de Familia y hoy ejerce como médico de urgencias en el hospital, reflexiona sobre el concepto de “galleguidade”.
- ¿Cómo ha sido la transición con el anterior presidente, José Luis Jiménez, que llevaba ocho años en el cargo?
Era casi una condición que hubiese una continuidad. Ya en el equipo de la última junta del doctor Jiménez trabajábamos muy cómodos y estábamos muy compenetrado. Por estatutos él no podía continuar como presidente porque se permiten solo dos legislaturas, y él mismo me hizo el ofrecimiento. Me pareció desde el principio un reto muy difícil, pero en buena medida acepté porque parte de la junta anterior continuaba y sabía que me iban a ayudar y apoyar en todo. Esto supone mucho trabajo y conciliar todo a veces es difícil si no tienes un equipo que te ayude.
- ¿Cómo es su equipo?
José Luis Jiménez sigue como vicepresidente, aunque sí hubo una renovación de cargos. Hay que tener en cuenta que se trata de un trabajo no remunerado que lleva mucho tiempo y la situación personal de cada uno a veces dificulta la continuidad. De hecho, parte de la junta anterior lo dejó por incompatibilidad de tiempo y por conciliación familiar. Para completar el equipo buscamos gente muy comprometida, muy activa, con mucha capacidad de trabajo. Hemos formado un grupo que creo que es excelente, con profesionales maravillosos y grandes personas. Entre ellos están Ana Pastor, jefa de Neurocirugía del Hospital de Ourense, o Juan Soler, nuevo presidente de la Sociedad de Medicina Interna (Sogami). Es gente que está muy implicada en muchas cosas y con ganas de trabajar, mejorar cosas y aportar soluciones.
- ¿Qué se puede hacer desde el Colegio por unos profesionales tan saturados y mal tratados como los médicos?
Como colegio de médicos no tenemos capacidad administrativa ni legislativa, pero sí tenemos capacidad asesora muy importante. Además podemos informar a la población en general de nuestro día a día. Hemos detectado que tenemos muchos problemas pero hay que encontrar soluciones y puntos en común con la Administración. Parte de nuestro trabajo es asesorar, buscar soluciones, detectar problemas que luego buscamos la manera de solucionar, colaborar con las administraciones para que ellos se percaten de esos problemas y se impliquen.
A veces nos quejamos de tomas de decisiones que ves que están muy alejadas de la realidad laboral. No somos sindicato ni tenemos capacidad administrativa, pero sí la tenemos para reivindicar nuestra posición y actividad como médicos y sobre todo la solicitud de esas mejoras que consideramos necesarias en Primaria, en hospitalaria y en Urgencias.
- Muy necesario, sobre todo ahora que el sistema sanitario no pasa por su mejor momento…
La sanidad en general, no solo en una comunidad, tiene un problema que venía de antes de la pandemia y esta nos ha pasado una factura muy dura. Han sido dos años de un esfuerzo tremendo, con una carga física y emocional importante. En todas las comunidades había unas carencias tremendas ya no solo en Atención Primaria sino también en urgencias y a nivel hospitalario. Eso, agravado por la pandemia, ha hecho que la situación sanitaria esté en un impasse frágil. Es un enfermo con una enfermedad crónica grave. Tenemos que solucionar esa patología que tiene la sanidad, sería necesaria una unión general con puntos de vista que potencien la sanidad cambiando determinadas actuaciones que hay que modificar.
Seguimos manejándonos con un sistema sanitario que en la mayoría de las comunidades es del 89, del 90, 92… la medicina y la sociedad ha evolucionado muchísimo. La gestión de los recursos tampoco vemos que se haya adecuado. Tenemos que reestructurar la Primaria, su comunicación con los servicios hospitalarios, y tener en cuenta que cada vez tenemos pacientes con edades más avanzadas y patologías crónicas, con lo que son tremendamente complejos. Es necesario generar circuitos y sistemas para que esa atención al paciente sea lo más fluida posible, lo más ágil y que sea lo más rentable, en beneficio del paciente. Urge una unión de todas las comunidades, de todos los sistemas sanitarios, de todos los profesionales, para encontrar una salida y una mejora con una reestructuración del sistema sanitario a nivel general.
- ¿Cómo es la relación con los otros colegios médicos gallegos?
Con el resto de colegios gallegos tenemos una comunicación fluida, alcanzamos acuerdos y posicionamientos en común. Los problemas son generales, aunque haya casuísticas individuales. En el Consello Galego de Colexios Médicos hay una comunicación fluida y diaria, todos intentando aportar. Con el resto de colegios también, sobre todo porque es un problema tan generalizado y común para todos que al final al comunicarnos vemos que los problemas y necesidades son iguales en todos los sistemas sanitarios.
Qué sería necesario y qué se reclama desde la OMC: que nos tomen como miembro asesor en las decisiones sanitarias que realizan los gobiernos. Se toman muchas decisiones por parte de Sanidad que no han consensuado con los profesionales y que después cuando se hacen públicas se encuentran con un rechazo absoluto. Una de las reivindicaciones es que nuestra participación como órgano asesor sea importante, que esas decisiones pasen por un asesoramiento de la OMC para adecuarlo a la .
- A los médicos los representan sus colegios, los sindicatos, las sociedades científicas, las academias de Medicina y otras instituciones. ¿Cree que está claro el papel de cada uno y su relevancia?
Muchas veces pecamos de eso, se difumina quiénes son nuestros representantes reales y la gente no se ve reflejada en ellos. Es un trabajo que tenemos que hacer por parte de los colegios como una meta clara, que es que los colegiados sientan que somos representación de todos ellos y que trabajamos por la mejora de sus condiciones laborales. Que queremos no solo aportar la parte científica y docente, que también, pero sobre todo reforzar el apoyo a la profesión y los profesionales.
- La Medicina no padece crisis de vocaciones, como se ha podido comprobar tras la última EVAU, con la cantidad de chavales con notas brillantes que quieren estudiarla. Pero ¿cómo se puede atraer y retener el talento?
Hay que hacer una revisión integral de la formación que se da a los estudiantes de Medicina porque durante la carrera hay que prepararles para su futuro laboral. Que cuando lleguen al día a día no les resulte sorpresivo. Explicar la realidad laboral que tenemos, potenciar especialidades como AP. La Medicina de Familia tiene muy poco peso en las facultades, los estudiantes no se ven atraídos por la MF y lo tenemos que cultivar desde las facultades. Luego nosotros como docentes, tanto con estudiantes como con residentes, que podamos motivarlos para que se queden y que vean que las condiciones laborales y las condiciones de progresión a nivel laboral, formativo y de investigación son favorables. Los que ya somos adjuntos es necesario que tengamos esas condiciones para que podamos transmitírselo a los jóvenes. Hoy hay mucha gente cansada, con burnout, eso hace difícil motivar a los estudiantes. Tenemos que afianzar todos los eslabones para que la cadena esté firme y no haya esa fuga.
- ¿Qué objetivos inmediatos se plantea desde la presidencia del Colegio?
Una de las cosas es intentar negociar dentro de nuestras posibilidades tanto con las gerencias de área como con la propia Consellería la mejora de los contratos sobre todo con contratos de continuidad para los residentes. Estamos viviendo una competencia entre comunidades para hacer como quien dice un robo de profesionales: yo te pago un poco más, te hago un contrato más largo… Ahora hay una situación de mercado que es que hay un déficit de profesionales y tienes que hacer una oferta atractiva. No tiene que ser solo económica, tiene que incluir tiempo para investigar, tiempo para la docencia, ese tipo de cosas que hacen que a nivel profesional uno pueda crecer y pueda desarrollarse y que resulten atractivas para todos los profesionales que acaban. Es uno de los puntos en los que insistimos cada vez que hablamos con la gerencia de área o con el conselleiro. Insistimos en que es un punto que hay que fortalecer. Es algo que desde el Colegio estamos intentando por todos los medios que se consiga, además de motivar y hacer que los profesionales se sientan cómodos en nuestro colegio y encuentren incentivos de formación e investigación.
- Primera mujer que preside un Colegio de Médicos en Galicia. ¿Cómo ve la incorporación de la mujer a puestos de responsabilidad en el mundo sanitario?
Efectivamente, ya tocaba. El Colegio de Orense tiene un 50% de hombres y 50% de mujeres, pero en una profesión tan feminizada tocaba ya que una mujer fuera presidenta. Es una responsabilidad porque ser la primera no deja de ser una carta añadida, pero era necesario que las mujeres empecemos a tener puestos de responsabilidad porque esta profesión está tremendamente feminizada. Si queremos ser representantes de nuestros compañeros no puede ser que la representación esté sesgada y no haya mujeres en cargos directivos. Supone un reto, una responsabilidad, pero intentaremos afrontarla con dignidad. Implica otros retos como la conciliación, que a veces es muy difícil, pero tenemos que implicarnos en ello. Tenemos unas capacidades como mujeres que aportan otros puntos de vista.
- Con los años que lleva en Galicia, ¿cómo define Pilar Garzón la galleguidade?
Debe ser una enfermedad infecto contagiosa porque creo que al final muchos venimos de paso, pero nos contagiamos y acabamos quedándonos aquí y haciendo nuestra vida. Tengo un bebé de 15 meses que baila muñeiras… (risas)
Los gallegos son tremendamente acogedores, es un sitio en donde estás cómodo pero sobre todo la población en general es muy acogedora, a los dos días ya te sientes como en casa. Eso hace que vengas para unos años y acabes haciendo aquí tu vida. Vine para tres años y no creo que me vaya en los próximos 30. Algo tiene que tener que engancha y hace que los que se somos de fuera lo hagamos nuestro. Habrá que investigar si es enfermedad o qué, pero la verdad es que engancha.