Cada persona tiene una historia, un mundo y unas circunstancias que la hacen singular, pero no cabe duda de que la trayectoria personal y profesional de Marina Varela ofrece uno de los casos más atípicos y al mismo tiempo más interesantes de cuantos protagonizan los socios de Asomega. Se podría decir que es “la gallega que volvió”. Formada en la Universidad de Santiago, decidió completar su formación en Madrid y, trece años después, regresó a Galicia, donde ahora es jefa de Servicio de Anestesiología del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra.
Inquieta y perfeccionista, la doctora Varela nació en Santiago, donde reside, aunque confiesa que Cambados, y en particular su Plaza de Fefiñáns "en verano, a primera hora de la mañana", es uno de sus lugares preferidos de toda Galicia.
Ha completado su formación, entre otras muchas iniciativas, con un máster en Tratamiento del Dolor, otro en Enfermedades Infecciosas en Cuidados Intensivos y otro sobre un asunto aparentemente más alejado de su especialidad: Dirección Ejecutiva de Hospitales. En la presente entrevista nos da su visión sobre su especialidad -que le apasiona, como se trasluce de sus palabras-, la Medicina, Galicia...
- ¿Por qué se decantó por Anestesiología?
Una de las personas que más influyeron en esa decisión fue el profesor Ramón Juanatey (catedrático de Patología médica en la USC). Él me aconsejó esta especialidad de futuro y con un gran componente clínico. Por otro lado, el profesor Ángel Carracedo (catedrático de Medicina Legal en la USC) me ayudó también a la hora de decidirme por Anestesiología y Reanimación, especialidad con un importante componente de clínica e investigación.
Ambos me inculcaron la búsqueda de la excelencia como profesionales, me mostraron la parte investigadora de la Medicina y me animaron a realizar la residencia en un centro hospitalario de prestigio, a nivel asistencial e investigador. En este caso, me decanté por el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
- ¿Cree que es una especialidad lo suficientemente conocida y reconocida?
Considero que es una de las especialidades médicas con un mayor crecimiento en importancia y reconocimiento en los últimos años. Somos los profesionales que lideramos el proceso perioperatorio, “antes, durante y después de la Intervención quirúrgica”, desde el preoperatorio, durante el intraoperatorio y el postoperatorio, incluyendo la medicina crítica postoperatoria y el tratamiento del dolor agudo y crónico, con un conocimiento profundo de la fisiopatología, la medicina interna y la farmacología clínica. Con un avance imparable, a nivel internacional y con una importancia en la mejoría de los resultados en salud y en los resultados en satisfacción de los pacientes.
Para el que trabaja en un hospital o en un entorno sanitario es perfectamente conocida la importancia de la Anestesiología, la Reanimación y el Tratamiento del Dolor porque además es un servicio transversal en los hospitales. Para las personas ajenas a ello probablemente quizá es más desconocida que otras.
- En sus 25 años de carrera, ¿cómo ha evolucionado su especialidad, qué logros destacaría?
Me formé en un centro pionero en investigación y docencia y eso me ha hecho ver desde el inicio a mi especialidad desde una perspectiva de futuro y de mejora continua, valorando los tres pilares fundamentales en la profesión médica, que son la asistencia, la docencia y la investigación.
El avance en los últimos 25 años en Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor es muy superior al avance de los últimos 100 años. Destacaría, sin lugar a dudas lo logrado en calidad y seguridad. En Anestesiología y Reanimación los principales logros han sido el avance en la monitorización y en la utilización de fármacos con menor vida media y menores efectos secundarios, el avance en las técnicas de analgesia multimodal y el poder disponer de técnicas menos invasivas para adaptarnos, a su vez, a los enormes cambios en cirugías también cada vez menos invasivas (cirugía mínimamente invasiva, cirugía laparoscópica, cirugía robótica...). También la cirugía sin ingreso, el enorme avance de los cuidados críticos postoperatorios, el progreso de la medicina personalizada y la puesta en valor de la prehabilitación y la medicina perioperatoria.
En estos momentos, la inteligencia artificial abre nuevos caminos para nuestra especialidad. El reto está ahí.
- El suyo es un caso peculiar porque ha cumplido un sueño de muchos, que es volver a Galicia tras ejercer fuera. ¿Qué circunstancias se dieron para que afrontara ese paso?
Regresé a Galicia en 2010, tras más de 12 años en Madrid, después de haber realizado mi tesis doctoral en 2004, sobre "Reclutamiento alveolar en Síndrome de Distrés Respiratorio del adulto", en la Universidad Autónoma de Madrid, y tras haber trabajado más de nueve años como médico adjunto en el Puerta de Hierro.
Me encontraba en un momento de gran desarrollo profesional y quise regresar para comenzar un nuevo proyecto personal y profesional. Creo que esto ha enriquecido mi trayectoria como médico anestesiólogo y me ha permitido mantenerme en constante comunicación y alianza con otros hospitales de Madrid y de toda España. Durante todos estos años he abierto mi Servicio al exterior y creo firmemente que desde Galicia puede realizarse una excelente Medicina, en este caso Anestesiología, Reanimación y Dolor de primer nivel.
Considero que en el mundo en el que vivimos la globalización permite estar en Madrid, en Galicia, en Sevilla, en Londres, y no diferencio tanto el lugar en el que estás como lo que tú puedes hacer y eso lo he tenido siempre muy claro. Puedes estar en Madrid y tener un campo limitado en tu profesión o estar en Pontevedra y tener un cambio muy amplio porque depende de tu visión y como quieras que sea tu crecimiento profesional. En Galicia hay mucho talento y grandes profesionales que pueden estar aquí o en un momento determinado decidir irse a otro lugar.
- ¿Cómo se vivieron los peores momentos de la pandemia desde la Anestesiología? ¿Y ahora, en qué percibe que se nota más un antes y un después?
En ningún momento, durante toda la pandemia de Covid sentimos duda de nuestro inmenso potencial, como médicos especialistas en Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor, tanto en la atención al paciente en el proceso perioperatorio, el tratamiento del paciente crítico postoperatorio y el paciente crítico Covid. Dimos un enorme paso adelante desde el primer momento y ayudamos a que los resultados fuesen mejores, con seguridad y enorme profesionalidad y resiliencia.
- ¿Cómo afectó a su especialidad?
Durante toda la pandemia nuestro papel fue clave, desde la asistencia directa a los pacientes quirúrgicos y a los pacientes críticos Covid hasta la gestión y la colaboración multidisciplinar, en la elaboración de planes de contingencia y protocolos de actuación.
- Anestesiología se identifica de manera inmediata con la asistencia, pero ¿qué proyectos de investigación se desarrollan hoy desde su Servicio?
Mi Servicio participa activamente, desde hace más de 10 años, en proyectos de investigación a nivel nacional e internacional, siendo un servicio referente en España en este sentido. Hemos participado, fundamentalmente en los últimos años, en proyectos de investigación liderados desde la Sociedad Europea de Anestesiología y Reanimación (EUSOS, OPTIMISE), Sociedad Europea de Cuidados Críticos, Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación, Grupo Español de Rehabilitación Multimodal (POWER, POWER 2).
Durante la pandemia hemos tomado parte en red en el Estudio DEXA in Covid, y en el Proyecto UBIKARE, participando en publicaciones internacionales desde estos grupos de investigación.
En este momento participamos en los ensayos clínicos DEXA Refine, Andromeda 2 y AKI 2. También, en el proyecto Practicum Direct (simulador de toma de decisiones en pandemia). Somos promotores del estudio DELPO (Delirio Postoperatorio), que comenzará este otoño. Además, realizamos cursos de formación, además de sesiones clínicas con otros servicios de Anestesiología a nivel nacional, siempre en colaboración con la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor, la Sociedad Europea de Anestesiología y Cuidados Críticos y la Sociedad Europea de Cuidados Críticos.
- ¿Cómo ve el desarrollo de la investigación en Galicia?
Es algo que se debe potenciar siempre porque el avance en la Medicina está ligado al avance en la investigación. Los centros que hay en Galicia tienen un enorme potencial con profesionales de gran prestigio a nivel incluso internacional.
- También es importante la labor docente con los jóvenes médicos y enfermeras que pasan por su servicio. ¿Qué percepción tiene respecto a estas nuevas generaciones?
Nuestros alumnos de Medicina y nuestros residentes nos acercan a una nueva realidad y a otras formas de docencia. En nuestro Servicio rotan residentes de Anestesiología y Reanimación y también de otras especialidades.
Como docentes nos hemos formado, en los últimos años, en simulación y docencia, con una visión próxima y muy cercana a las nuevas necesidades formativas que existirán en los próximos años. El contacto con la escuela de enfermería de Pontevedra también es cercano, y en nuestra Unidad de Reanimación rotan también enfermeras en prácticas cada año.
- En los últimos años ha completado su formación en asuntos relacionados con la gestión sanitaria. ¿Cree que esta faceta debería potenciarse en la formación de todos los médicos?
Creo firmemente que la gestión sanitaria debería integrarse ya en los programas de formación en los últimos años de todas las Facultades de Medicina. Se debe realizar además formación postgrado en gestión, en el caso de querer asumir responsabilidades para poder coordinar o dirigir un equipo. Para mí ha sido importante realizar formación postgrado en Gestión Sanitaria en la Universidad Ouberta de Cataluña, Fundación Gaspar Casal de Madrid, Universidad Pompeu Fabra de Barcelona e IESE de Madrid. Sin esa formación en habilidades directivas, sería difícil gestionar un equipo humano en el entorno sanitario actual.
- Desde esta óptica gestora, ¿cómo valora la situación de la sanidad a nivel nacional y en Galicia?
Vivimos una realidad completamente diferente a la que hemos vivido hace cinco años, antes de la pandemia. En este momento grandes retos como el envejecimiento de la población, la gestión de la cronicidad, la digitalización de la medicina, la atención virtual, el avance de la medicina perioperatoria y los programas de prehabilitación, la humanización del cuidado y la medicina personalizada son objetivos que debemos cumplir.
- ¿Cuáles son los retos inmediatos de su especialidad?
En este momento la cirugía sin ingreso, el poder acortar la estancia del paciente, la medicina perioperatoria y la prehabilitación, la atención al dolor crónico y la mejoría en calidad, seguridad, resultados en salud y resultados en experiencia del paciente, esos son nuestros retos como médicos anestesiólogos.
- Respecto a la visibilidad de la mujer en la sanidad, ¿cómo cree que se ha avanzado en estos años y qué queda por hacer?
En este momento creo que muchas mujeres estamos dando un paso adelante y comenzamos a ser visibles en puestos de responsabilidad, aunque pienso que todavía queda mucho camino por recorrer.
- Uno de los principios de Asomega es la humanización del acto sanitario. El anestesiólogo en este campo es clave, porque tiene trato directo con el paciente en un momento de máxima vulnerabilidad.
Creo que se debe trabajar desde las facultades de Medicina en este sentido. La experiencia del paciente, y el recuerdo de la asistencia y el trato recibido, durante su estancia, a la entrada y salida de nuestro Servicio y en el hospital, deben ser nuestros objetivos.
- ¿Cree que los anestesiólogos están a la altura de las expectativas que generan en el paciente?
Creo que nuestra especialidad es muy cercana al paciente, en un momento de enorme importancia como es el proceso quirúrgico, con una alta carga emocional, y es también muy cercana en el tratamiento del paciente crítico quirúrgico en las unidades de reanimación (tanto al paciente como a su familia). Por otro lado el tratamiento del dolor crónico nos acerca al paciente que precisa una atención personalizada en un proceso como este que disminuye su calidad de vida.
- ¿Considera correcta y adecuada la formación que se recibe al respecto?
En la Facultad te impregnas de conocimiento teórico y completas con las prácticas que puedas hacer donde te corresponda, pero el contacto más directo con el paciente lo he tenido desde que he sido médico residente. Es algo muy importante el trato con el paciente y el cuidado hacia él. Creo que todavía existe bastante campo de mejora en la formación de la parte emocional aunque se ha avanzado mucho en este tema. Ahora se cuida que el paciente sea el centro, que en todo momento se sienta acompañado. A los médicos residentes se les intenta inculcar ese trato humano a los pacientes, es importante ver el avance en este sentido.
- Otro pilar de Asomega es la galeguidade. En el caso de una persona que ha vivido fuera y ha vuelto a la tierra, para plantear en ella su proyecto de vida, es muy interesante su visión. ¿Cómo define la galeguidade, qué tiene Galicia que hace que se lleve allá donde vaya el gallego y que convierta en perenne ese deseo de volver?
Galicia para mí representa mis orígenes, mi familia, mi entorno hasta los 24 años, significa el recuerdo de mis años como estudiante de la Facultad de Medicina, la lluvia constante, cruzando el Obradoiro, para asistir a clase en la USC cada día. Recuerdo perfectamente las aulas de la Facultad de Medicina. Posteriormente viví 13 años en Madrid, tras finalizar la carrera de Medicina, momento en el que comencé la Residencia de Anestesiología y Reanimación. Sin duda una de las mejores épocas de mi vida, y en la que inicié mi desarrollo profesional. En Madrid he tenido a mis maestros como anestesiólogo, en el Hospital Universitario Puerta de Hierro, y allí comencé mis primeros años como médico adjunto, compaginando mi labor en la medicina publica y en la medicina privada. Allí desarrollé un camino con grandes experiencias profesionales y un enorme crecimiento personal.
Mi regreso a Galicia en 2010 (hace casi 13 años) fue un cambio muy importante, pero sin duda marcó mi evolución como profesional y me ayudó a fortalecer mis conocimientos en un entorno cálido y afectivo como es Galicia y al que me siento muy unida.
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