El ya brillante curriculum del neumólogo santiagués Francisco García Río añade una nueva responsabilidad: la Dirección Médica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, asumida desde principios de ese mes. Hasta ahora ha ostentado la jefatura del Servicio de Neumología del centro hospitalario y la presidencia de su sociedad científica, la Separ, de la que pasará el testigo en junio a David de la Rosa.
Como vicepresidente de Asomega García Río ha sido el máximo responsable del Comité Científico, cuyos dictámenes han sido determinantes en la concesión de los últimos Premio Nóvoa Santos o del fallo de la Beca de Medicina Rural. Pertenece a la Junta Directiva de la asociación desde 2016. En el II Encontro Mundial de Médicos Galegos de Asomega coordinó la mesa titulada "El camino de la excelencia de la Medicina gallega".
Licenciado en Medicina en la Universidad de Santiago y doctorado en la Autónoma de Madrid, de la que es catedrático, se incorporó a La Paz en 1990 para iniciar su residencia. Aquí ha desarrollado su actividad profesional completa salvo una estancia en el Laboratorio Meakins-Christie (Universidad McGill, Montreal, Canadá).
Francisco García Río ha sido coordinador del Plan Estratégico de Neumología de la Comunidad de Madrid y director del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ). También desempeñó la dirección de la revista Archivos de Bronconeumología, órgano de expresión de la SEPAR y de la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT). Ha participado en numerosas comisiones y grupos de expertos, siendo en la actualidad miembro del consejo editorial de diversas revistas científicas.
Es director de un grupo de investigación del CIBER de enfermedades respiratorias y suma más de 250 publicaciones científicas indexadas, además de conferencias y comunicaciones.
Apasionado por la investigación, dejó clara su preferencia por este campo con su participación en el primer webinar de Asomega Nova, que versó sobre "La carrera del investigador en España". Ahí afirmó que "en esta actividad tenemos elementos muy útiles como estar sometidos a un proceso de evaluación permanente y continuo, que es importante para modular nuestra modestia y para regular los egos a veces disparados".
A los jóvenes investigadores les dejaba un comentario revelador: "Me dedico a la investigación y os garantizo que estoy absolutamente encantado de haberlo hecho. Volvería a tomar esa decisión y mi única cuestión es no haberlo hecho con más intensidad y desde antes. Obliga a superar dificultades, pero es estimulante".