Recuerdo a Augusto Villanueva, especialista en Aparato Digestivo y profesor de la USC

El presidente de honor de Asomega recuerda al recientemente desaparecido Augusto Villanueva, profesor de Patología Médica en la USC.

31/01/2024

En la sesión celebrada en la Casa de Galicia en homenaje al ilustre oftalmólogo Sánchez Salorio y al hablarse en la conferencia inaugural de las reuniones que mantenían en el compostelano hotel Araguaney ilustres profesores y conocidos intelectuales, se comentó que uno de ellos, Augusto Villanueva, había fallecido.

Sentí una profunda emoción. Para mí y mi familia era una persona querida y admirada, con su singular ironía, y que me inspiró y ayudó en mis primeros años de formación médica. En aquellos años, sobre 1960, y aunque aún gravitaba sobre la Compostela médica el recuerdo de los médicos del "A Fonte Limpa" tan ejemplares, se sobrevivía con muchas dificultades y un tremendo aislamiento desde el punto de vista profesional médico.

Aun en esas circunstancias, surgieron grandes maestros en alguna especialidad como Pediatría, Cirugía General, Ginecología, Fisiología o Anatomía, con escuelas que aún perduran y discípulos consagrados a nivel nacional. Pero en Medicina Interna había un tremendo vacío, porque los profesores que ganaban las cátedras en Santiago trabajaban en otros lugares y solo venían a desempeñar su labor docente y profesional muy ocasionalmente. Los profesores Masa y Villanueva, clínicos superlativos, no contaban por su parte con el adecuado apoyo en Madrid que favoreciera su reconocimiento y el de las cátedras interinas que ocupaban en la facultad de Medicina.

Recuerdo el viejo caserón del hospital clínico detrás de la facultad, donde hacíamos nuestras prácticas médicas, con medios realmente escasos y donde después de la visita a los enfermos nos reuníamos en el despacho de Augusto para hablar de nuestra educación y formación médica; él siempre nos animaba a formarnos bien, en centros de prestigio nacional e internacional. Y puedo decir que seguimos sus consejos y nos preparamos de la mejor manera posible, en España y en el extranjero. El recuerdo de sus enseñanzas y consejos me acompañó siempre, y en mis viajes a Santiago siempre incluía visitas a Augusto en su consulta, para charlar sobre el desarrollo de la práctica médica y de nuestra labor, de la que se sentía realmente orgulloso.

Hoy se va un amigo, un médico y un maestro ejemplar, cuyo recuerdo y sabiduría permanecerá a través de tantos médicos gallegos que, de una manera u otra, fuimos discípulos suyos.

Aniceto Charro Salgado