Alberto García-Basteiro estudió en Santiago y se especializó en Medicina Preventiva y Salud Pública en el Clínic de Barcelona. Completó su formación con dos másteres en la LSHTM de Londres y la Autónoma de Barcelona y con estancias en Costa Rica y otros países centroamericanos y africanos. Pedro Alonso, director del programa mundial de malaria de la OMS, le propuso incorporarse al CISM fundado por él en 1996.
El año pasado fue elegido como el mejor investigador joven del mundo de menos de 35 años en su área, distinción que otorga la Unión Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades Hereditarias.
Su curriculum se redondea ahora con el nombramiento como chair del Grupo de Tuberculosis de la ERS (European Respiratory Society).
Visibilidad para la TB
Según explica el propio Alberto García-Basteiro, el nombramiento es para el periodo que va de septiembre de este año a septiembre de 2023.
"La idea es coordinar las actividades de la sociedad en temas de tuberculosis en colaboración con grupos europeos que son activos", señala. Se trata de dar la máxima visibilidad a esta enfermedad y a su congreso anual (el mas grande en enfermedades respiratorias del mundo), así como a "cuestiones de investigación, guías clínicas y otras cuestiones técnicas y académicas".
El año pasado participó en el I Encontro Mundial de Médicos Galegos organizado por Asomega, donde habló de tuberculosis en África y ofreció algunos datos muy reveladores: se dan 800 casos por cada 100.000 habitantes en esta zona del mundo, lo que "es una barbaridad en una enfermedad que se puede curar".
"Si consiguiéramos eliminar la pobreza extrema y expandir más sistemas de protección social, en el año 2035 podríamos reducir la prevalencia de la tuberculosis en más de un 84 por ciento. No es solo una misión del sector salud, trasciende este sector", añadió.