El salón de actos del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo ha acogido la segunda sesión de Asomega Maiores, centrada en el análisis de "La salud mental de los mayores en Galicia". En un evento presencial y también retransmitido por streaming, que ha contado con el patrocinio de Boehringer Ingelheim, tres expertos han ofrecido su visión del asunto, abarcando cada uno de ellos un aspecto concreto: el biológico, el psicológico y el de la atención sociosanitaria.
En la presentación de la mesa, la coordinadora de Asomega Maiores, Inmaculada Ramos, directora del Distrito Sanitario Monforte de Lemos (Área Sanitaria de Lugo, A Mariña e Monforte de Lemos), ha apuntado que en 2050 la esperanza de vida llegará a los 87 años y "el 32% de la población será mayor de 65. Desde Asomega queremos que todos estos mayores cada vez estemos mejor, que se empodere a las personas para que sean agentes activos en la gestión de su envejecimiento y se adecúe su atención".
Para ello, Asomega Maiores se compromete a mejorar el conocimiento y desarrollar acciones divulgativas "en colaboración con sociedades científicas y organismos responsables como el Sergas que nos acoge hoy".
Al acto ha asistido también Miguel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia, que ha recordado que fue director de un hospital psiquiátrico en 1984, el Cabaleiro Goas de Orense, "donde viví la salud mental y la asistencia psiquiátrica". Según ha afirmado, "hablar de salud mental es siempre interesante porque aún hay que romper muchos estigmas".
A ello se ha referido también el jefe del Servicio de Psiquiatría del Área Sanitaria de Vigo y director del Área de Neurociencias del IIS Galicia Sur, José Manuel Olivares, que ha actuado como moderador. Ha destacado que, "si bien hablamos mucho de salud mental, se focaliza mucho hacia los niños y adolescentes, que está muy bien, se habla del estigma de la salud mental, pero muy poco en los mayores".
A su entender, si toda persona enferma es un compendio de lo que acontece en lo biológico, lo psicológico y lo social, en los mayores confluyen disrupciones específicas: a nivel biológico, el envejecimiento normal y el patológico; en la vertiente psicológica, los mayores que nos tocan ahora "han sido una generación muy resiliente, de hierro, que protesta poco y a la que se atiende poco"; y la tercera pata es la parte social y de atención sociosanitaria.
Sobre esta última ha hablado Alfredo José Silva Tojo, subdirector general de Envejecimiento Activo de la Xunta, en su ponencia "Envejecimiento y nuevos modelos de cuidados sociosanitarios". Tras describir el panorama actual, con una situación en la que "los mayores de 50 años duplican a los de 18", ha señalado líneas estratégicas que se están trabajando para desarrollar un sistema de atención centrado en la persona, "un nuevo modelo de cuidados personalizados adaptado al perfil sociosanitario, y proactivo":
Por su parte Águeda Rojo Pantoja, psicogeriatra del Área Sanitaria de Vigo, ha hablado sobre "Psicopatología de la psicosis en el envejecimiento". Se ha centrado en esta patología porque afecta a un porcentaje muy alto de pacientes mayores "y hemos de conocerla bien para atenderlos lo mejor posible. Además, las conductas disruptivas son de lo más difícil para la convivencia familiar, como alucinaciones, delirios, trastornos de conducta, etc.".
Se ha extendido en la explicación del delirio de robo, cuyo abordaje implica entender el terror a las pérdidas, la necesidad de culpar a otro y la idea de que uno aún posee cosas de valor. "Se asocia a depresión y aparece en contexto de pérdidas", ha aseverado la experta. A este delirio se une otro también muy habitual: el de Capgras o delirio del impostor.
Según Rojo, la psicosis geriátrica es muy diferente a la de otros momentos de la vida. La eclosión aparece asociada a factores como soledad, aislamiento, viudez, aburrimiento y bajo nivel económico: "Cercana a la depresión, se inclina a un lado u otro según el nivel de seguridad interna del anciano, porque son conscientes de su inseguridad y de sus déficits", ha explicado.
El turno de intervenciones se ha cerrado con la de Carlos Spuch Calvar, investigador del Grupo de Neurociencia Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, que ha hablado sobre "Neurofisiología del envejecimiento".
Según ha explicado, el cerebro cambia desde que nacemos, y ha insistido en que "el envejecimiento no es una patología sino una etapa. Hasta los 13 años crece muy rápido, hasta los 35 no hay cambios pero a partir de ahí la estructura del cerebro empieza a perder el 0,2% y un 0,5% desde los 60, pero son cambios muy pequeños".
Para Spuch lo más importante son las conexiones neuronales: "El cerebro es una máquina de conectividad monstruosa", ha afirmado. Hay una pérdida evidente pérdida en las conexiones sinápticas (entre neuronas) "que pueden afectar a muchas funciones cerebrales: pérdidas visuales, auditivas, de memoria, de calidad de sueño". Sin embargo, aunque la velocidad de procesamiento puede disminuir, con la edad "aumentan otras funciones como las habilidades cristalizadas, la amplitud y profundidad del conocimiento. También, la resolución de problemas y el lenguaje".
En este sentido, se ha referido a las neuronas Von Economo, que están ligadas a la inteligencia social y a la conciencia, "localizadas en distintas zonas de la corteza" y en mayor proporción en personas más mayores.
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