El acto central de la jornada de homenaje al profesor Sánchez Salorio que Asomega ha organizado en la Casa de Galicia de Madrid fue la mesa en la que los siete integrantes de la Baby School de Santiago recordaron su figura.
Moderados por Julián García Sánchez, catedrático de la UCM, miembro fundador de Asomega y uno de los primeros —si no el primero— discípulo de Salorio, todos recordaron la impronta que les dejó el profesor.
Abrió la mesa Carmela Capeáns, primera mujer catedrática de la especialidad de España, que hizo un detallado resumen de la carrera del maestro y resumió de forma sintética su vida señalando que "tuvo una primavera brillante, un verano productivo y un otoño alejado. En su último periodo regresó a sí mismo para ser ya solo un filósofo, un escritor y dueño de su tiempo. Y con la sabiduría y dignidad de la vejez abrió su yo de pensador creativo".
Juan Durán de la Colina, catedrático en la Universidad del País Vasco, empezó su discurso confesando la "profunda influencia" que tuvo sobre él Sánchez Salorio, al que definió como "gran maestro de la vida". Tras presentar un amplio álbum de fotos personal y profesional del profesor, resumió el sentir de todos los participantes en el homenaje al afirmar que "fue muy generoso en lo que transmitió y sin duda su presencia y su paso por la vida mejoró el mundo, mejoró Galicia. A mí me mejoró, yo sería peor si no hubiera vivido tan cerca de él. Todos le debemos un profundo agradecimiento".
El catedrático de la Universidad de Extremadura José Fernández Vigo expuso su tesis de que la escuela de Santiago fue para la Oftalmología como la Escuela de Atenas para la filosofía, y analizó la personalidad de Sánchez Salorio destacando que "era poliédrico y humanista". Cerró su discurso transmitiendo sus condolencias por el fallecimiento este último año no solo de Sánchez Salorio sino también de José María Barahona, catedrático de Salamanca, y Juan Murube, catedrático de la Universidad de Alcalá.
Por su parte, José García Campos, catedrático de la Universidad de Málaga, recordó a muchos de los colaboradores que trabajaron con él y destacó que el maestro era "ante todo un oftalmólogo. Le encantaba la clínica diaria y nunca se cansaba de su labor asistencial. La Universidad era un complemento". Generosidad docente y capacidad intelectual le caracterizaron. Además, desde el punto de vista de la especialidad "se adelantó a su tiempo al crear subespecialidades hoy asentadas en todos los servicios de Oftalmología".
Francisco Gómez Ulla, catedrático de la USC, arrancó su discurso diciendo que la de Sánchez Salorio es una "figura universal porque trasciende las fronteras españolas", aunque lo hizo todo por y para Galicia, "pero siempre desde Galicia". A través de un nutrido álbum fotográfico, mostró a los presentes pruebas de la personalidad vitalista del profesor, de su gusto por las reuniones y encuentros con alumnos, y destacó su condición de gran conversador y su capacidad intelectual. "Tenía todas las características de un líder y ejercía como tal", concluyó.
La mesa la cerró Francisco González García, de la USC, afirmó que Salorio hablaba de la enfermedad con una naturalidad y un conocimiento "con los que era imposible no quedarse absorto". Además, "sus gestos, entonación y actuación hacían de él un maestro de la locución", y reunía dos cualidades, inteligencia y erudición, "que combinadas formaban una amalgama perfecta".
Varios de ellos recordaron también al único miembro de este grupo de alumnos destacados de Sánchez Salorio en la Baby School de Santiago que ya no está con nosotros: Demetrio Pita Salorio, catedrático en Barcelona, que falleció en 2005.
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