Julio Ancochea, presidente de Asomega.
Un año más llegan las Navidades.
Y desde Asomega queremos estar a su lado. Ya nos conocen. Somos médicos gallegos y pretendemos hacer una medicina más humana, humanizada y humanista.
Y aquí me tienen rodeado de libros para dirigirme a todos ustedes con estas breves palabras. Y voy a empezar con un libro editado hace aproximadamente un año: “Duelo y aplausos”, coordinado por el director médico del Hospital Universitario de la Princesa (Eduardo García Navarrete) en el que han participado muchos profesionales del hospital y donde he tenido la ocasión y el honor de poder escribir un capítulo.
Hablo, precisamente, de un enfermo respiratorio crónico que ha sido un gran poeta, eterno, inolvidable, Mario Benedetti. En el año 2007 yo era presidente de la SEPAR y conocí a Mario Benedetti, quien fue tratado y seguido (a veces a escondidas) en nuestro Servicio de Neumología. Mario Benedetti estaba triste tras la pérdida por el fallecimiento de Luz, su mujer, pero a pesar de ello nunca se rindió:
No te rindas, por favor no cedas
aunque el frío queme
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Nosotros, los profesionales sanitarios no nos rendimos y ustedes, nuestros amigos, nuestros pacientes, tampoco.
Tenemos que seguir luchando contra esta cruel pandemia y otros retos que se nos plantean cada día y hacemos una llamada a la prudencia, a la prevención, al sentido común, a lo que los gallegos llamamos sentidiño. Soy gallego, ourensano, da Pobra de Trives (mi cuna, mi casa, mis sueños, mis raíces) y quiero que este sentidiño guíe mis pasos en la vida.
Sobre mi mesa de trabajo tengo también otros libros, por ejemplo este que me regaló Albert Jovell, el fundador del Foro Español de Pacientes: “Liderazgo afectivo”, cuyo subtítulo es “Lo que necesitas es amor”. Y en este libro Albert Jovell descubre la esencia del liderazgo como resultado de los sentimientos y el afecto interpersonal. Otro libro de Albert, “La confianza”, ha sido una referencia constante en mi vida, es la clave de la relación interpersonal, de la relación entre los profesionales sanitarios y nuestros pacientes. Reivindico ese liderazgo efectivo basado en la confianza.
En Asomega, los médicos gallegos decimos que la medicina es ciencia, es arte, son valores y también es sentimiento. Hay una medicina basada en los afectos. Ya lo decía el actual Defensor del Pueblo, mi paciente y amigo Ángel Gabilondo, que fue rector de nuestra Universidad Autónoma de Madrid y catedrático de Metafísica: “Sin afectos, no hay conceptos”. Ángel Gabilondo también ha escrito varios libros; uno de ellos se denomina “Alguien con quien hablar”. En ese libro nos dice que “El ritmo de la vida, de la respiración, de la sangre, habita en cada palabra. Es la insurrección de la palabra. Son latidos de la palabra. En ella encontramos tantas veces la fuerza y las razones de las que carecemos. Y las emociones y los sentimientos que nos confirman que sin afectos no hay conceptos. Pensar no es un mero acto mental, una actividad para acreditar o justificar la falta de sensibilidad. En un tiempo difícil la palabra nos acerca al otro, nos relaciona, nos vincula y muestra en ocasiones la distancia irreductible… Hablar con alguien es quererle…”. Ángel tiene otro libro que se llama “Contigo”. El título lo dice todo: “Contigo, digo mejor conmigo. Contigo es menos difícil…”.
De manera que los profesionales sanitarios y nuestros pacientes caminamos juntos. Permítanme volver a Mario Benedetti quien, en otro de sus poemas, que muchos de ustedes conocen, dice en “Hagamos un trato”: "Compañera / usted sabe / que puede contar / conmigo / no hasta dos / o hasta diez / sino contar / conmigo”.
Y en otro fragmento, añade, “pero hagamos un trato / yo también quisiera contar / con usted / es tan lindo / saber que usted existe / uno se siente vivo / y cuando digo estos / quiero decir contar / aunque sea hasta dos / aunque sea hasta cinco / no ya para que acuda / presurosa en mi auxilio / sino para saber / a ciencia cierta / que usted sabe que puede / contar conmigo”.
En fin, estas Navidades quizás nos dejen un sabor agridulce tal como está el mundo y las circunstancias que nos toca vivir. Sin embargo, desde Asomega no cejamos, no nos rendimos, seguimos adelante al igual que desde la Red TBS-Stop Epidemias, desde nuestro Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa o desde la Universidad Autónoma de Madrid y de muchas otras entidades en las que tengo el grato privilegio de participar.
Los que seguimos tratando de reivindicar en nuestras vidas talento y esfuerzo, rigor y pasión y nunca dejamos de soñar, somos cada vez más conscientes de que el futuro depende de que sepamos conjugar la primera persona del plural, el nosotras, el nosotros… todos juntos luchando por un mundo mejor.
Sí, el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños. Nunca dejemos de soñar. Como decía Rosalía de Castro en su obra En las orillas del Sar, “es venturoso el que soñando muere, infeliz el que vive sin soñar”.
Asomega resume el espíritu de lo que nos une: la ciencia y una Medicina ejercida por y para personas. Y por supuesto, Galicia, siempre en el corazón, siempre presente y viva. Como decía Florencio Delgado Gurriarán, el escritor y poeta de Córgomo que este año que acaba protagonizó el Día das Letras Galegas:
¡Galicia é infinda!
Nosa Galicia é máis que toda a terra.
Bela estrada de ensoño,
con macadam de estrelas,
a Vía Latea é camiño
que leva a Compostela.
Nosa Galicia é máis que toda a Terra
Galicia só limita coa Saudade,
elástica fronteira
que serve para o tempo e para o espacio
-onde un galego está, atópcas ela-
mais que ninguén atravesala pode
inda que leve nos papés: poeta.
Galicia es un sentimiento, de forma especialmente intenso para los que vivimos fuera, un punto de referencia afectivo y emocional. Pero no solo eso. También es una realidad palpable, y en estas líneas queremos dejar patente nuestra convicción de que la Medicina gallega, innovadora y pujante, es un ejemplo para el resto del país. Y de que los profesionales gallegos pueden y deben ser un referente de la sanidad española, una sanidad sin fronteras.
Es verdad que la pandemia y otras vicisitudes, la invasión de Ucrania, el cambio climático y muchas cosas que vemos a nuestro alrededor nos rompen el corazón. Es por ello que debemos más que nunca respirar hondo, muy hondo, y desde Asomega os proponemos hacer un esfuerzo por ser mejores, mejorar en todo lo posible y, por qué no, también en lo que parece imposible: respiremos ciencia, sueños, pasión, futuro, esperanza, solidaridad… ¡respiremos vida!
Que tengamos un venturoso, próspero, pacífico y estable 2023 y que sea el año de la equidad, el compromiso, la ciencia y la solidaridad.
¡Felices Festas e un prometedor 2023!
Cos mellores desexos…
JULIO ANCOCHEA
Presidente de ASOMEGA