La Cátedra UAM-NeumoMadrid-Chiesi ha patrocinado la conferencia del socio de Asomega Joan B. Soriano sobre Covid persistente, dentro del ciclo que organizan la Fundación Teófilo Hernando y la Fundación Ortega-Marañón. La presentación corrió a cargo de Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que ha alabado el punto de vista del experto al poner el foco no tanto en el problema como en sus posibles soluciones.
Joan B. Soriano, que además es vicepresidente segundo del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) en representación de Asomega, ha defendido precisamente la necesidad de analizar las realidades desde diferentes perspectivas.
En el caso de la Covid persistente, según ha explicado, su aceptación no ha sido fácil, pero la evolución de acontecimientos y de evidencias desde el inicio de la pandemia han ido haciendo más pequeño el espacio de la incredulidad o de las sospechas de conspiración al respecto.
Primer paso: aceptación
Los primeros pasos vinieron de manos de la propia OMS, que pronto le adjudicó un código en la Clasificación Internacional de Enfermedades y facilitó la formulación de una definición, en la que participó el propio Soriano.
A continuación, vino la identificación de mecanismos de la enfermedad, clave para establecer dianas terapéuticas. Según el experto “empezamos con inflamación, la cascada inflamatoria brutal, la desregulación autoinmune o los trastornos de la coagulación”. Pero hasta la fecha se han identificado al menos otros cuatro: “La toxicidad viral o su persistencia, la disfunción autonómica, el trastorno endocrino, sobre todo del hígado y el páncreas, y la mala adaptación del receptor ACE-2”, que además de utilizarse para regular la hipertensión, es el receptor que utiliza el virus para entrar en las células humanas.
A partir de ahí se ha organizado la investigación al respecto, capítulo en el que en EEUU están mucho más avanzados gracias a la enorme cantidad de recursos movilizada. Soriano explica que recientemente “los estudios se han centrado en observar la persistencia viral, confirmando algo que sospechábamos”: los tests son negativos en sangre o saliva, “pero si miras en los órganos, el virus está aquí”.
En resumen: “El sistema inmune lo elimina de la sangre, pero se acantona en los tejidos. La teoría de la persistencia viral”.
Cómo afrontar el problema
Para abordarlo, se plantean dos formas de tratamiento: las balas de plata (“un medicamento que no solo trata, sino que cura una enfermedad de manera perfecta y además sin efectos adversos”) o los politratamientos.
Soriano recuerda que en España ReiCOP, con Pilar Rodríguez Ledo al frente, ya consiguió poner de acuerdo en su momento a todos los implicados para desarrollar una guía clínica de tratamiento de la Covid persistente. En ella se explica cómo “todos los tratamientos potenciales se empiezan por los antivirales, luego los anticuerpos monoclonales”, a lo que se suman los tratamientos sintomáticos, incluidos los no farmacológicos.
Desde 2022 ha habido avances y, según Soriano, hay que ir incorporándolos a las guías clínicas. Entre ellos la metformina, “un antidiabético oral muy barato, muy eficaz y muy seguro que reducía la incidencia de Covid grave”, según New England. “Pero además se observó que al año del tratamiento los pacientes tratados con metformina tenían menos incidencia de Long Covid, hasta un 40% menos”.
A ello se suman las vacunas, que viven un momento difícil por la cantidad de enemigos que tienen. Aunque al mismo tiempo se abre una ventana de oportunidad para difundir a la población que, sobre todo desde la proliferación gracias al Covid-19 de vacunas de RNA mensajero, su efectividad supera el 90%.
Otro tratamiento mencionado por Soriano es la polipíldora vascular a partir de tres fármacos desarrollada por el profesor Valentín Fuster y su equipo con prometedores resultados. Al respecto, señala que en su centro, el Hospital de La Princesa, “no tenemos mucho poderío pero sí ideas”, y han propuesto añadirle un cuarto, la citada metformina para actuar en la mayoría de mecanismos de la Covid.
Recomendaciones
Pero todo ello sin perder la perspectiva de que el paciente, su bienestar y la mejora de su estado de salud es el objetivo principal. Para ello, Joan Soriano recomienda un artículo publicado el año pasado en JAMA sobre cómo los médicos de Primaria reconocen y tratan la Covid persistente y nos dan cuatro consejos:
- Creer al paciente y decirle en voz alta: “Te creo, trabajaré contigo para tratar de hacerte sentir mejor, a pesar de que todo es nuevo y sabemos muy poco aún”.
- Profundizar mucho en los síntomas, la frecuencia, cómo afectan a sus actividades de la vida diaria.
- Abordar quizás lo más importante en los pacientes: la fatiga. Y al igual que una persona.
- Además de fármacos, hemos de utilizar estrategias generales: una buena hidratación, unos vendajes de compresión en las piernas, un ejercicio si no se puede hacer sentado o de pie, hacerlo horizontal en un banco.
Soriano considera que el tratamiento del Covid persistente es un problema “en el que entramos juntos y saldremos juntos, remando en la misma dirección”. Sus conclusiones:
- la Covid persistente es una nueva enfermedad y un gran desafío clínico para todos, para enfermería, para medicina, para los gestores, para los farmacéuticos.
- hay una necesidad urgente de identificar los mecanismos. Estos son estudios caros pero imprescindibles: sin ellos no tendremos nuevos fármacos y estaremos haciendo solo tratamientos sintomáticos.
- la respuesta a la Covid persistente depende de una combinación de fármacos, sean balas de plata o no, más vacunación. Y luego medidas no farmacológicas: rehabilitación, tratamientos sintomáticos y escuchar al paciente.