El presente y futuro de Asomega ha sido uno de los asuntos más ampliamente tratados en la comida-coloquio que el Club de Periodistas Gallegos de Madrid, presidido por Pilar Falcón, ha organizado con Julio Ancochea como protagonista.
El presidente de Asomega ha explicado a los presentes que el reciente Encontro Mundial de Médicos Gallegos que se celebró en Santiago ha dado a la asociación una gran proyección y visibilidad.
Ancochea ha detallado que el evento se organizó en torno a tres ejes temáticos: galleguidad, innovación y humanización. Asimismo ha resaltado la presencia en Santiago de primeros espadas de la medicina mundial como Miguel Cabanela, Bartolomé Burguera o Ángel Carracedo, entre otros.
La apuesta por la renovación con Asomega Nova, la próxima entrega de la Insignia de Oro de la entidad a Núñez Feijoo o la materialización del proyecto Asomega Internacional fueron otros de los asuntos que expuso el presidente de Asomega.
Respirar para vivir
La condición de neumólogo de Julio Ancochea ha centrado buena parte del coloquio con el presidente de Asomega.
Así, ha puesto el énfasis en lo dramático que resulta para todos los pacientes respiratorios la falta de aire, recordando aquel dicho de que "respiramos sin pensar, pero el enfermo solo piensa en respirar".
Ha señalado además uno de los motivos por los que se decidió por la especialidad de Neumología: "Siempre he tenido un espíritu poético y, quizá por ello, el milagro de la respiración y el intercambio de gases que se traducen en vida me seducían especialmente".
Ese punto de partida poético entronca, en su caso, con una concepción de la Medicina particular en el que la afectividad ocupa un papel fundamental: "Albert Jovell hablaba del paciente persona. Es importante lograr el equilibrio entre lo físico, lo psicológico, lo social, el uso de la tecnología, el tiempo disponible para tratar al enfermo...", ha afirmado.
Galicia presente
En un foro de estas características, en el que profesionales de origen gallego se reúnen para hablar, las referencias a la tierra de origen son, lógicamente, numerosas.
Julio Ancochea ha mencionado, por ejemplo, que su abuelo, también médico, era "de los que iban a caballo de noche a atender a los pacientes y, como decía don Ramón Otero Pedrayo, conocía los silencios y sonidos de la aldea".