La II Feira da Saúde que Asomega ha celebrado en la Casa de Galicia en Madrid se cerró con la entrega de la Insignia de Oro de la entidad a los tres institutos de investigación sanitaria de Galicia. Como sesión introductoria y para poner en contexto el papel de estos centros, tuvo lugar previamente una sesión en la que participaron los profesores Ángel Carracedo y María José Alonso, moderados por el vicepresidente de Asomega Francisco García Río.
Ángel Carracedo ha desarrollado toda su carrera científica en España, desde donde ha conseguido ser uno de los investigadores de mayor impacto a nivel internacional en el campo de la Medicina Forense y de la Genética Clínica. De hecho, su grupo se ha convertido en un lugar de excelencia donde se forman científicos de todo el mundo. El ganador del Premio Nóvoa Santos de Asomega en 2009 es catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Santiago y director de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica.
En su intervención explicó cómo ha sido su trayectoria desde que terminó sus estudios de Medicina en Santiago. Convencido de que la parte asistencial no era lo suyo, se decantó por la Medicina legal y completó su formación en ese campo en la Universidad de Uppsala en Suecia, "que era la cuna de todas las técnicas de separación bioquímica, la electroforesis, la cromatografía, la ultracentrifugación, etc. Para mí fue una oportunidad de ver algo muy diferente, una estructura universitaria metida en un entorno mucho más industrial, de modo que todo se transfería con mucha facilidad".
El impacto que le causó en aquel momento su experiencia en el extranjero lo resume de forma muy gráfica: "La diferencia que había en ese momento entre Galicia, supongo que toda España, y Suecia es la que puede haber ahora entre Ruanda y España".
La revolución genética
Recuerda que estando en Uppsala hubo una gran revolución en la medicina con la secuenciación del ADN: "Se abría un panorama impresionante: de repente, los libros de la vida, que es el ADN, podías leerlos. Era algo espectacular, como un planeta inexplorado. Teníamos una técnica para leer y entender todos los libros de todas las vidas. Era obvio que iba a ser una revolución en la Medicina y en la ciencia".
A su vuelta a España, la reciente aprobación de las pruebas de paternidad, hasta entonces prohibidas, aportó una fuente de financiación suficiente para sus investigaciones. Con ellas "desarrollamos muchos biomarcadores". Pero lo que ocurrió con ellos prueba, según Carracedo, la inexperiencia con la que se manejaban entonces: "Hoy en el mundo se emplean 20 biomarcadores de ADN para hacer la mayor parte de la medicina forense. Casi la mitad fueron desarrollados por nuestro grupo pero no los patentamos, mientras que el Forensic Science Service y el FBI sí lo hicieron. Yo ni sabía lo que era una patente y a lo mejor hasta hubiera dicho que se lo daba todo a la ciencia, sin saber que más tarde tendría que comprar los kits forense que desarrollamos nosotros".
Después apareció el proyecto Genoma Humano, "probablemente el proyecto científico más importante de la historia de la humanidad, y empezaron a aparecer genes de enfermedades". Entonces el recientemente fallecido profesor Salorio ofreció transformar su Instituto Gallego de Oftalmología en Instituto Gallego de Oftalmología y Medicina Molecular. Esta nueva sección sería el germen de la actual Fundación de Medicina Genómica, "un servicio que centraliza todo el diagnóstico genético de todos los hospitales de Galicia".
Una estructura para investigar y trasladar resultados
Según Carracedo, es el servicio de más volumen de España: "Tenemos aproximadamente 40.000 pacientes por año. La mitad de lo que hacemos es cáncer y la mitad, enfermedades genéticas raras y farmacogenética", y asegura que si no se avanza en investigación tanto como le gustaría es "porque la presión de la asistencia pública es brutal".
Aun así, la investigación sigue adelante y en un momento dado decidió dividir su actividad en grupos más pequeños bajo el paraguas del Grupo de Medicina Genómica, para que cada uno pudiera experimentar su propio grado de desarrollo sin depender de los demás. Explica que "ahora en la parte de investigación tenemos cuatro grupos de cáncer, tres de enfermedades psiquiátricas, uno de enfermedades cardiovasculares, otro de farmacogenética, y estamos lanzando otro de enfermedades de neurodesarrollo ".
A su entender, la Medicina hoy tiene que responder a cinco "P": preventiva, predictiva, personalizada, poblacional y participativa (en el sentido de equitativa y accesible). Se congratula de la apuesta en España por ello aprovechando todos los fondos de recuperación para crear la Estrategia Nacional de Medicina Personalizada a través del programa Impact, "en el que se han invertido ya 150 millones de euros y donde colaboran más de 1.000 personas en toda España".
La carrera investigadora en Galicia
En cuanto a sus impresiones sobre el panorama actual de la investigación biomédica en Galicia, Ángel Carracedo se muestra optimista por la enorme diferencia que percibe respecto a sus primeros años: "Veo una proximidad en infraestructuras brutal con todo el mundo que nos rodea, veo que ha cambiado todo muchísimo y la verdad en Galicia hay un momento de oportunidad y de desarrollo en el área biomédica que no es igual de paralelo en otras áreas de la ciencia, tanto a nivel de la universidad como a nivel del hospital".
Destaca el papel desempeñado por los institutos de investigación sanitaria gallegos, que pese a los años duros de crisis que ha vivido la ciencia, nunca han dejado de avanzar y siempre han producido cada año más, todos ello. Añade que, paralelamente "la universidad organizó centros de investigación en Santiago muy vinculados a la biomedicina, particularmente el CIMUS, el sector se ha relanzado de forma espectacular y hay muchos grupos muy buenos, cada vez más potentes".
Las mayores dificultades las ubica en el ámbito de la carrera investigadora, y espera que dé frutos la propuesta planteada recientemente al respecto, "que es una oportunidad enorme para captar talento, el problema será ver si va a ser sostenible, aunque nos pone en una situación mejor que otras comunidades". Señala que también hay oportunidades increíbles de desarrollo público-privado e iniciativas en el sector biotecnológico y farmacéutico que antes no existían. "No es Uppsala, pero se le está empezando a parecer", apostilla.
En resumen, observa "un dinamismo que no había y un momento de oportunidades que me parece realmente ilusionante". Apunta que todavía se dedica poco PIB al I+D, pero que se trata más de un problema más del sector privado porque el tejido industrial en Galicia es más agrícola y ganadero, con pequeñas empresas, "por eso es importante que empresas de más valor añadido se desarrollen en nuestra tierra y al respecto hay ejemplos espectaculares como el de Zendal".