El proyecto científico Sensogenoma acaba de celebrar su último experimento con la Real Filharmonía en el Auditorio de Galicia. En este caso se ha contado con la colaboración de la Banda Municipal de Santiago de Compostela y el repertorio musical se enfocó en música del cine. Su fin: dilucidar hasta qué punto influye la música en el cerebro, qué rutas concretas se estimulan y, a partir de ahí, estudiar si es posible diseñar terapias para ciertas patologías.
En el estudio participan los investigadores del área de Infectología, inflamación y vacunas del IDIS (grupos GenPoB y GenViP), la Real Filharmonía de Galicia y la Federación Gallega de Alzhéimer (AGADEA), entre otras asociaciones. El equipo investigador está coordinado por los investigadores del IDIS Federico Martinón, Laura Navarro y Antonio Salas. El primero de ellos, líder del grupo Genvin del IDIS, explica que el propósito es "analizar cómo el estímulo de nuestros sentidos, en concreto el auditivo, puede tener potencialmente alguna utilidad en biomedicina".
Del análisis de las muestras recogidas en la edición del año pasado se ha concluido que “la música parece compensar la expresión de genes y vías que están disfuncionales en los pacientes con deterioro cognitivo, sugiriendo un efecto beneficioso en la salud cerebral”, según Salas. Se trata, en definitiva, de investigar las bases genéticas del estímulo musical y "estudiar su potencial terapéutico en la lucha contra la enfermedad, en línea con las nuevas tendencias hacia la medicina personalizada".
Para ello organizan recogidas de muestras biológicas antes, durante y después de los conciertos, con el fin de estudiar el impacto de la música en patologías como el alzhéimer, el cáncer o el autismo. En concreto, el recién celebrado en Santiago permitió hacer un total 2.310 mediciones en tres fases: media hora antes del concierto, en el descanso y media hora después. Este año se ha producido la novedad de la recogida de lágrimas y el uso de sensores inalámbricos, gracias a una colaboración con la facultad de Psicología de la Universidade do Minho para "monitorizar la actividad electrodérmica y el ritmo cardiaco, un nuevo evento musical experimental jamás realizado", según Salas.
Como se explica en la cuenta de Instagram del proyecto, sus cifras han sido:
- 260 donantes con sensores en sus manos
- 850 muestras de sangre (punción capilar de un dedo)
- 850 muestras de saliva (frotis bucal)
- 350 muestras de lágrimas
- 2.310 mediciones en total
Según explicó previamente Laura Navarro, “el repertorio del recital está dedicado a la música de cine y asociada a dos emociones diferentes para poder estudiar el efecto de la música en nuestra biología humana, desde la expresión de nuestros genes hasta la psicofisiología”.
Como en anteriores ediciones, también se recogieron muestras de personas con enfermedades neurodegenerativas y con daño cerebral gracias a la colaboración con Agadea, Sarela y el Servicio de Neurología del CHUS.