Esta semana se ha celebrado el Día Mundial de la Visión, fecha decretada conjuntamente por la OMS y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB). El objetivo es concienciar sobre los diferentes tipos de afecciones visuales, sus tratamientos y la necesidad de actuar preventivamente. Para hablar sobre ello, Onda Cero entrevistó al oftalmólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid José Antonio Gegúndez, tesorero de la Sociedad Española de Oftalmología y vocal de la Junta Directiva de Asomega.
El doctor Gegúndez explicó que la prevención es la clave, aunque la frecuencia de las revisiones varía según la edad. Así, cada vez son más usuales en las revisiones del niño sano en pediatría la exploración oftalmológica y la detección de problemas refractivos, cataratas, ambiopías y su remisión al oftalmólogo en caso necesario. Luego entre los 15 y hasta los 40 años no hay una pauta fija, depende de las necesidades del paciente. Entre los 40 y 50 ya es deseable una mayor regularidad, cada dos o tres años, y cada uno o dos entre los 50 y los 65. A partir de entonces, anualmente.
Mención especial merece el glaucoma que es silente al manifestarse de manera asintomática. El doctor Gegúndez afirma que "si el paciente pertenece a determinados grupos de riesgo, entre ellos tener antecedentes familiares o es miope con problemas cardiovasculares, se recomienda una revisión anual para descartarla".
La utilización cada vez más intensiva que hacemos de pantallas es otro de los aspectos que más preocupan a pacientes y oftalmólogos. Según Gegúndez, "fundamentalmente contribuyen a producir un síndrome de ojo seco por la disminución del parpadeo. Eso y no otros problemas son los que producen esos síntomas de sequedad y cansancio que hay que prevenir haciendo pausas".
Explica que los oftalmólogos recomiendan la pauta 20-20-20, "que consiste en que cada 20 minutos estemos unos 20 segundos mirando al infinito, desconectando de la mirada en visión cercana y a una distancia mayor de 20 pies, unos seis metros".
Respecto a las noticias que periódicamente aparecen sobre la supuesta toxicidad que las pantallas producen en las células de la retina, el experto asegura que no hay evidencia científica.
"No hay ningún estudio que demuestre que esas pantallas sean tóxicas a través de la luz azul para los fotorreceptores retinianos, que son los encargados de procesar la luz que viene del exterior y transformarla en una señal que llegará a la corteza cerebral", afirma. "Ojo seco, cansancio visual y posiblemente un incremento en la progresión de la miopía, eso producen", concluye Gegúndez.
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