Diez años de un hito de la medicina gallega: el primer trasplante de corazón artificial

El Servicio de Cardiología del CHUAC lleva años siendo un referente en trasplantes a nivel nacional. Este aniversario es buena prueba de ello.

13/10/2024

El 7 de octubre del 2014 Juan Carlos Agustín Espasandín, de Vimianzo (A Coruña), recibió en Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) su corazón artificial. Tenía entonces 38 años y la inserción de un dispositivo de asistencia ventricular fue la solución in extremis para un paciente complejo que, a día de hoy, puede hacer vida normal dentro de que, como ha declarado esta semana a "La Voz de Galicia", se cuida mucho: "Coido unhas leiriñas e cóidome moito; haberá outros coma min, pero non creo que haxa ningún na Coruña que se coide máis".

Corazón artificial, diez años del primer trasplante en el CHUAC

Su historia es un hito en la medicina gallega porque fue el primer implante de Galicia de un corazón artificial. Lo hizo el servicio de Cirugía Cardíaca del CHUAC, una referencia en trasplantes cuyo responsable, José Joaquín Cuenca, aún detenta hoy tal responsabilidad. En su equipo una figura clave fue la miembro de la Academia Asomega Marisa Crespo.

Cuando se hizo esta operación solo había cinco antecedentes en España, cuatro de ellos en Navarra y otro en Valencia. Se trataba de una patente americana denominada HeartWare HVAD que funcionaba como un apoyo mecánico al corazón insuficiente y restablecía el flujo de sangre normal al resto del organismo. El dispositivo constaba de una bomba implantada en el tórax que, mediante dos motores, hace circular la sangre del ventrículo izquierdo a la arteria aorta, conectada por un cable a través de la piel a un pequeño ordenador externo, que se alimenta de dos baterías recargables.

Juan Carlos llevaba seis años sufriendo insuficiencia cardíaca refractaria, lo que le provocaba constantes ingresos hospitalarios por el deterioro grave de la capacidad de bombeo del corazón. Ante esto, se descartó un trasplante porque presentaba una elevación severa de la presión arterial pulmonar.

Pero el dispositivo en cuestión hizo su trabajo y en enero de 2016 Juan Carlos pudo por fin recibir un órgano, con el que hasta hoy sigue haciendo vida normal, y presume de ello: "Non teño nin diabetes nin nada; poucos transplantados poden dicir iso".

El propio doctor José Cuenca Castillo ha recordado el hito esta semana en su cuenta de X: